Carpa Koi Grado A surtida
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La carpa koi es una variedad seleccionada de la carpa común. Convive y se hibrida con ésta en la naturaleza si se la libera en ella; aunque este acto es legalmente sancionable y puede provocar un importante impacto ecológico. En las aguas continentales españolas la variedad salvaje es un pez frecuente, siendo su habitat preferente embalses y cursos bajos de la vertiente mediterranea. Ha desplazado en nuestra naturaleza a barbos y otras espacies autóctonas, debido a su fuerte competencia interespecífica y especialmente, predando sobre sus huevos y alevines. Se la cree introducida en la península por los romanos, que ya la criaban con fines principalmente alimenticios. Para su pleno desarrollo en cautividad requiere de estanques con grandes volumenes de agua.
Los koi son originarios de Asia oriental, desde el mar de Aral hasta el mar Caspio. Pero conocidos por el mundo occidental a través del Japón. El termino koi, cuyo plural es koi, sin ese, aparece en China hace unos 2500 años, pero su desarrollo se debe a los japoneses, que lo consideran una “joya viva” y lo vinculan a la buena suerte. En Japón mantienen un importante mercado en torno a su cría y selección. Allí se crían grandes ejemplares para su venta en estanques naturales para mejorar la calidad de su piel y colorido, que se transportan en bolsas para su venta a todo el mundo. Algunos alcanzan valores de 6 cifras
Esperanza de vida
Dependiendo del medio donde viva puede alcanzar los 30 años, aunque se han llegado a conocer ejemplares con más de 100 años de edad.
Forma
Típicamente fusiforme, con sección redondeada. Presentan aletas robustas y bien equilibradas. Tienen dos pares de barbillones, los externos próximos a la comisura de la boca y mucho más desarrollados, que dotan al koi del sentido del gusto cuando escarba en busca de alimento. Existen variedades de aletas largas, denominadas koi mariposa.
Coloración
Se dan múltiples coloraciones, desde las más clasicas combinando rojo y/o negro sobre fondo blanco, hasta otras con tonos azules acerados, anaranjados, amarillos, grises, plateados y dorados y algunos con las escamas ribeteadas. La piel es lustrosa con brillo intenso en general, con variedades metalizadas y otras sin escamas. En su nacimiento su coloración es similar a la de la carpa común, pasando de ser casi traslúcidos a coloración grisácea y, a partir de los tres meses de edad, ya empiezan a mostrar su coloración. Este color y su distribución corporal variarán ligeramente a lo largo de su vida, con más rapidez a lo largo de su juventud. Como ocurre a la mayoría de peces, una alimentación rica y equilibrada darán mejores tonos y brillo a su piel.
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